A pesar de la aparición de las tabletas y de los smartphones, que nos resuelven la mayoría de las necesidades tecnológicas a bordo, hay muchos navegantes que embarcan su portátil y lo usan como equipo principal de control. Veremos en esta entrega todas las opciones de conectividad, alimentación y recomendaciones a la hora de adquirirlo.
Hace años que los portátiles le han quitado cuota de mercado a los tradicionales ordenadores en formato torre o sobremesa. El principal motivo de este cambio es la equiparación de precio, ya que cuando aparecieron los primeros equipos portables (más que portátiles) eran sensiblemente más caros que los fijos. Con el paso del tiempo se han ido equiparando, hasta un punto que ahora ya son más baratos que los fijos. Además, el portátil nos permite una movilidad que los usuarios cada vez demandan más. El ordenador ya no es sólo una herramienta de trabajo para tener encima de la mesa. Ha pasado a ser también un equipo de ocio, un equipo multimedia, de comunicación, de entrada en redes sociales, de visualización de películas, fotos… por lo que necesitamos desplazarlo de un sitio a otro, aunque sea del despacho a la habitación o al salón, para reproducir sus contenidos por la televisión, o incluso para usarlo directamente como TV.
Y esta movilidad en casa se extiende al barco. En el portátil tenemos nuestro programa de cartas, las aplicaciones de trabajo, los favoritos de meteorología y los programas que también queremos usar a bordo, ya sea por extensión de trabajo o simplemente para las aplicaciones de navegación, ocio y multimedia.